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‘Con el huerto tenemos una pizarra en la naturaleza’

Directora Nila Gonzáles, de Huancayo, Perú, destaca los beneficios de las Escuelas Sostenibles para los estudiantes y la comunidad

Directora Nila Gonzáles, de Huancayo, Perú, destaca los beneficios de las Escuelas Sostenibles para los estudiantes y la comunidad

Paulo Beraldo

Hace unos años, los estudiantes de la escuela 30012, de Huancayo, Perú, no daban mucha atención al huerto escolar. No tenían una clara conciencia de la relación entre alimentación y salud y no se daban cuenta de la importancia de cuidar al medioambiente. Pero todo esto cambió. Es lo que cuenta la directora Nila Gonzáles, al frente de la escuela ubicada en el distrito de Chilca, explicando que las mejoras ocurrieron con la implementación de la metodología Escuelas Sostenibles, desarrollada por la Cooperación Brasil-FAO, e implementada en este centro escolar desde 2016. 

La maestra Nila Gonzáles (a la izquierda) recibiendo los alimentos de la agricultura familiar local

Hoy en la escuela 30012 el huerto es «una pizarra en la naturaleza» adorada por los estudiantes. «El hecho de ver crecer las plantas, de entender que eso es saludable, incluso para hacer investigaciones de otras áreas del conocimiento, de comprender que las plantas son seres vivientes, es un cambio muy potente. Antes se tenía que imaginar el crecimiento de una planta, sus partes, y ahora ellos tienen la posibilidad de estar mirando, tocando y consumiendo alimentos plantados por nuestras manos», cuenta la maestra Nila Gonzáles. 

Para Gonzáles, el huerto es un local importante para trabajar distintos temas como ciencia, tecnología, comunicación y matemática. «Es muy rico aprovechar todas estas posibilidades para una educación hacia la sostenibilidad», dice, reforzando el compromiso de los maestros y las familias. A su vez, los niños y niñas llevan estos conocimientos y avances en la comprensión sobre una alimentación saludable a las comunidades donde viven.

«Todo eso resulta en una forma nueva de vida que uno adopta para consumir sano. Y con eso aprendemos todos, los directivos, la comunidad, las familias. Si comemos comida saludable, vamos a tener niños y niñas sanos en un futuro más sostenible». 

Huerto escolar del centro educativo 30.112, de Huancayo, Perú

Uno de los puntos necesarios para convertir la institución educativa en una escuela sostenible fue organizar una comisión de compras de alimentos saludables de la agricultura familiar, como frutas y verduras locales, y la implementación de un presupuesto para eso. En el inicio, la escuela compraba en gran cantidad de los mercados, pero muchos productos se iban malogrando rápidamente. Con la compra y entrega de alimentos de productos locales, este proceso mejoró, así como se incrementó la calidad de los menús ofrecidos a los 1.200 estudiantes. Las compras de la agricultura familiar y los menús saludables son dos de los pilares de las Escuelas Sostenibles.

Además del huerto, que es para la maestra Nila una poderosa herramienta pedagógica para concienciar y fomentar hábitos saludables. La participación social y comunitaria es otro punto destacado. Ella considera fundamental el involucramiento de las comunidades y actores locales, una vez que esta participación constituye una base sólida para la sostenibilidad de las acciones que se realizan en las escuelas y es un eje transversal en un programa de alimentación escolar sostenible. 

Compras a la agricultura familiar para los programas de alimentación escolar fortalecen el desarrollo territorial local

«Es un trabajo de muchas manos, son muchas personas involucradas desde padres y madres de familia, directivos, maestros y maestras, productores y productoras», explica. Nila señala la importancia de involucrar autoridades locales, como los alcaldes, que dotan las instituciones con recursos y apoyan estas acciones.

Un ejemplo del involucramiento de la sociedad ocurrió en el período de pandemia, cuando el gobierno local complementó la canasta escolar de Qali Warma con paquetes de productos como hortalizas, plátanos y papas nativas que fueron distribuidos a las familias de los estudiantes y fortalecieron la seguridad alimentaria en este período. 

Capacitación

Nila resalta que fue fundamental para la realización de esta labor la capacitación, especialmente la desarrollada y apoyada por la Cooperación Brasil-FAO. «Estas capacitaciones que hemos recibido, la información, el aporte, todo eso fue primordial. Estamos muy agradecidos de la Cooperación Brasil-FAO, que nos visitó, nos ha fortalecido, nos ha motivado». Por fin, ella hace un llamado a las autoridades al fin de que todos aporten a este modelo de compras de los productores familiares. 

«Es una experiencia muy linda ser parte de esta red de Escuelas Sostenibles de la región de Junín. Y para que más niños y niñas puedan tener la oportunidad de comer alimentos saludables, frescos y adecuados, queremos seguir trabajando más con nuestros padres y madres de familia, nuestros maestros y maestras, nuestros directivos, nuestras autoridades gubernamentales que se preocupan con este tema… Es un esfuerzo muy fuerte de todos y todas que vale mucho la pena».