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‘Educación alimentaria y nutricional es enseñanza para toda la vida’; conozca testimonio de una directora de Perú

Maestra Consuelo Salcedo, de la ciudad de Huancayo, presenta la experiencia de liderar una Escuela Sostenible

Paulo Beraldo

«Hacemos nuestro trabajo con la convicción de que vamos a mejorar no solamente las notas, sino la vida de los estudiantes, de sus familias y dejarles una enseñanza que va a durar para siempre. Con estas palabras la directora Consuelo Salcedo Rodríguez, del centro escolar María Fátima (30057), de Huancayo, Junín, define el trabajo de esta Escuela Sostenible liderada por ella desde el año 2015. 

La maestra Consuelo Salcedo en el centro escolar María Fátima (30057)

En entrevista a la plataforma RAES, la maestra Consuelo, al frente de una escuela con 643 estudiantes ubicada a 300 km de la capital Lima, defiende la educación con elementos de la realidad para que el aprendizaje sea más significativo y duradero. Su escuela tiene un huerto pedagógico de 60 metros cuadrados, dividido en parcelas para cada grado, de tal manera que los 400 niños tengan espacios de aprendizaje en el huerto. Hay hierbas aromáticas y hierbas medicinales, como menta, perejil y también crecen plantas de la región. ¿Pero por qué decir que es pedagógico este huerto?

«Nosotros utilizamos los conocimientos de valor nutritivo, el tiempo de plantación, y hacemos registro de datos, integramos contenidos como de matemática, ciencia, identificando cual hortaliza crece más rápido, en cuanto tiempo, cual terreno es mejor, ponemos los nombres científicos y comunes de cada especie, qué nutrientes cada vegetal aporta», explica. 

El objetivo es hacer con que los estudiantes sepan hacer elecciones saludables para su alimentación y su vida. «Nuestros estudiantes aprenden no solamente en las cuatro paredes. Queremos que ellos pregunten: ¿por qué comer más cereales, más lentejas, y legumbres? Es nuestro rol promover estas reflexiones». Consuelo cuenta que la escuela trabaja con la idea de que los platos deben ser como un arco-íris.

«Debemos utilizar todos los colores de nuestra comida. Y estos alimentos, puestos en las mesas de los pequeños, llaman la atención y les invitan a comer de manera saludable». A fin de fortalecer la relación de la enseñanza con la salud, Consuelo dice que la escuela tiene una estrecha relación con el puesto de salud local “San Francisco” de Huancayo, lo que fue útil especialmente en el período de pandemia para que los estudiantes y sus familias pudiesen desarrollar buenas prácticas de salud e higiene. «La escuela necesita tener aliados estratégicos», agrega. «Luego del trabajo obtuvimos una Resolución directoral de salud felicitando el trabajo de Promoción de la salud del Ministerio de Salud de la región Junín».

Después de la implementación de las Escuelas Sostenibles en Perú, su centro escolar registró aumento en el peso y en el promedio de altura de los estudiantes, gracias a la mejoría de la alimentación. También menciona que la relación de los niños y niñas con los alimentos se traslada a sus hogares, donde pueden compartir la enseñanza y fomentar los buenos hábitos más allá de la escuela. Ella destaca sobre los recetarios, que son una oportunidad de enseñar a las familias a preparar alimentos que hacen bien y de manera creativa. 

«A lo largo del tiempo, los padres y madres también han ido aprendiendo con los pequeños como se debe alimentar adecuadamente».

Consuelo valora el hecho de que muchos de los alimentos son comprados en la propia región. «Eso ayuda al pueblo y promueve el desarrollo social. Si todos nos apoyamos y somos solidarios, vamos a construir una mejor sociedad», evalúa. 

Apoyo en la construcción de capacidades

Consuelo ya integró distintas actividades apoyadas por la Cooperación Brasil-FAO, que desarrolla desde el año 2011 la metodología de las Escuelas Sostenibles en 13 países de la región, incluso Perú, en la región de Junín, desde el año 2016. A través del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, la FAO viene apoyando la capacitación de miles de profesionales en la región, un trabajo que gana aún más impulso con la Red de Alimentación Escolar Sostenible. «Me gustaría agradecer por la oportunidad que nos brindan siempre, nos capacitan para poder seguir adelante. La FAO, el Qali Warma y la Cooperación de Brasil son aliados muy estratégicos». 

Gracias al trabajo de Consuelo y de su equipo, la escuela logró el premio nacional “Bono Escuela” por su gestión adecuada e innovadora, observando la mejora del aprendizaje en todas las áreas. La distinción es otorgada a escuelas que logran cubrir 11 criterios, entre ellos avances en la calidad educativa, que fueron confirmados por evaluaciones del Ministerio de Educación. «Todas estas acciones se realizan con la convicción que ellos aprendan y apliquen en su casa, en su barrio y en la sociedad». Por ende, Consuelo resume cómo ve una Escuela Sostenible: «El fin es lograr el aprendizaje mediante actividades que permitan autonomía, enseñamiento crítico, donde ellos puedan exponer su opinión y participar activamente».