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‘La RAES puede apoyar la alimentación escolar en ALC y el mundo’; entrevista con Israel Ríos, oficial de nutrición de la FAO

Paulo Beraldo

La Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES) puede apoyar a la consolidación y el fortalecimiento de la alimentación escolar no sólo en América Latina y el Caribe, sino que también es otros países, evalúa Israel Ríos-Castillo, oficial de nutrición de la oficina subregional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En entrevista a la plataforma RAES, Israel señala que la alimentación escolar es una herramienta poderosa capaz de fomentar mejores hábitos alimentarios, generar una nueva cultura alimentaria, más sostenible, sobre todo con las compras públicas de la agricultura local y campesina. Además de garantizar el derecho humano a la alimentación a alrededor de 87 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe, Ríos destaca que esta política pública genera grandes retribuciones a las sociedades que invierten en ella. Abajo la entrevista completa.

¿Cuál es la importancia de una red de países más articulada y consolidada en el tema de alimentación escolar, materializada en esta plataforma?

Esta plataforma es el medio de comunicación que nos conecta alrededor de la alimentación escolar, sin límites de lenguaje, con el inglés, el español y el portugués, ni ubicación geográfica. Es la forma de mantenernos todos y todas comunicados, actualizados y seguir abogando por una alimentación escolar justa, inclusiva y sobre todo saludable. Creo que estamos en un momento de crecer como red. No solo quedarnos en el ámbito latinoamericano. Aún faltan algunos países para que estemos todos los 33 miembros de la FAO dentro de la plataforma. ¿Pero por qué ya no ir más allá? La RAES puede ser una plataforma con alcance global, que beneficie a todas las personas y traiga lecciones aprendidas desde ALC para otras regiones del planeta de lo que se está logrando en alimentación escolar.

¿Cómo evalúa el hecho de Brasil estar esforzándose para implementar y fortalecer la RAES en los últimos años y estar cooperando con el tema de alimentación escolar desde el 2008 en conjunto con la FAO?

Brasil es el modelo que hemos utilizado en este acuerdo de cooperación entre la FAO y Gobierno Brasileño para construir y expandir una mirada de derecho humano universal que tiene hoy la alimentación escolar en América Latina y el Caribe. Antes del apoyo del proyecto con Brasil, había programas de alimentación escolar aislados, algunos con entregas de vasos de leche, de galletas. Y en algunos países no se daba absolutamente nada.

Con el desarrollo de la cooperación y del apoyo brasileño, hemos logrado que la discusión sobre alimentación escolar haya pasado a un plano de garantía de derecho, sobre todo el derecho humano a la alimentación. Hoy eso ya está claro en la gran mayoría de los países.

Por lo tanto, vamos a continuar con este esfuerzo desde la cooperación para fortalecer y consolidar lo que ya se ha avanzado. Es muchísimo lo que hemos logrado desde el 2008 en fortalecer la política de alimentación escolar en estos países con los cuales trabajamos. Hoy ya varios países tienen leyes de alimentación escolar y cuentan con programas de alimentación escolar más fuertes y eficientes, entendiendo que la entrega de alimentos en la escuela es un vehículo para combatir la pobreza, la malnutrición y mejorar la educación.

Otro logro de este trabajo es la metodología de las Escuelas Sostenibles, que cumple 10 años en el 2022 y ya llegó a más de 23 mil escuelas. ¿Puede hablar un poco más sobre esto?

Esta metodología es un concepto muy amplio que considera la alimentación escolar como un elemento que cataliza otros avances e impactos. A través del plato de la alimentación escolar que recibe el niño en una escuela, se combate el hambre, se asegura que el joven recibe alimentos adecuados, suficientes, inocuos, nutritivos, con pertinencia cultural, combatiendo así la inseguridad alimentaria y otros problemas, como la malnutrición por exceso. A la vez, las compras públicas de alimentos locales favorecen los propios núcleos comunitarios de la agricultura familiar y desarrollan la economía local. Además de eso, tenemos los componentes de la participación social, la articulación interinstitucional y los huertos pedagógicos. Son seis elementos concretos que tienen una mirada de sostenibilidad que va mucho más allá del acto de entrega de alimentos y están de acorde a las metas propuestas en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Después de 14 años de trabajo, ¿qué desafíos y objetivos aún se vislumbran para el futuro?

Tenemos un enorme desafío que es el año 2030, con el cumplimiento de las metas para el desarrollo sostenible. Será importante visibilizar la contribución y los aportes de la alimentación en el desarrollo para esta agenda, en especial a los ODS 2 (hambre cero), ODS 1 (fin de la pobreza), a los temas de salud, de educación, de brecha de género. Otro desafío es integrar una mirada de conciencia a los aspectos ambientales desde la alimentación escolar.

Dada la problemática sobre los efectos del cambio climático, la alimentación escolar tiene esta maravillosa capacidad de generar una conciencia ambiental que permite cuidar la salud del planeta, fomentar una mejor cultura alimentaria más sostenible, evitar el uso de productos que contaminen el medio ambiente, promover el consumo de alimentos saludables, sobre todo de la producción local y campesina. Estas serán acciones y competencias clave para la vida y para el desarrollo sostenible.

También tendremos que combatir todas las formas de malnutrición, sobre todo la epidemia de obesidad que hoy enfrentamos en la región. Es importante que, desde la alimentación escolar y los componentes de la educación alimentaria y nutricional, surjan formas de combatir la obesidad y el sobrepeso de manera más efectiva, capacitando a profesores, la comunidad educativa, los estudiantes, los padres de familia. Y por supuesto no puedo dejar de hablar de los aspectos financieros, presupuestarios y de recursos humanos. Eso no debe ser un limitante. Es clave en cualquier política, además de los aspectos vinculados al monitoreo y evaluación. A veces no se cuenta con suficientes datos en cuanto a los impactos que se desea, como el combate al sobrepeso o la mejora en los indicadores de aprendizaje.

Usted ha mencionado el tema del presupuesto, que de hecho es un tema mencionado en nuestros eventos y acciones como una dificultad… ¿Cómo sensibilizar acerca de la importancia de la clase política?

Es necesario demostrar que se trata de una inversión pública con grandes retribuciones a la sociedad. Invertir en alimentación escolar desde la infancia es invertir en la población que está fortaleciendo y consolidando su conducta alimentaria. Si no lo hacemos, tendremos un futuro con enfermedades crónicas, obesidad, sobrepeso y con personas que no serán sanas. Invertir en educación es una de las principales políticas de protección social y de inclusión social productiva. Por eso son importantes las leyes de alimentación escolar donde se establece un presupuesto y mecanismos para asignación financiera.