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‘Queremos una sociedad que coma por bienestar, no por publicidad’

Conozca la historia de la estudiante Carolina Vanesa Cárcamo, estudiante de Izalco, El Salvador

Paulo Beraldo

La estudiante Carolina Vanesa Cárcamo, de Izalco, El Salvador, tiene claro el rol de la alimentación y de la educación alimentaria nutricional en su vida y en la de sus compañeros. En entrevista para la plataforma de la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES), Carolina manda un mensaje contundente a los gestores de la política de alimentación escolar: «Muchas de nuestras comunidades necesitan una mejor educación, necesitan bases de educación alimentaria y nutricional de forma práctica y que lleven a las nuevas generaciones a otro estilo de vida», señala. 

«Está en sus manos darle un mejor bienestar a la población. Invertir más en educación para que podamos tener una sociedad diferente, a la que tenemos ahora, que viste y que come por publicidad, no por bienestar», dice la estudiante de 17 años, del Complejo Educativo Cantón San Isidro. «Salud y nutrición son fundamentales en la sociedad, así como es la educación». 

Carolina fue parte de un proyecto que seleccionó a varios estudiantes para que se convirtieran en embajadores de los hábitos alimentarios saludables, como parte de la iniciativa “Jóvenes facilitadores en seguridad alimentaria y nutricional”, desarrollada con el apoyo de la FAO en El Salvador y de la Cooperación Brasil-FAO. El objetivo del proyecto era capacitar a los estudiantes para que ayudaran a difundir el mensaje de la alimentación saludable entre los 1.500 estudiantes de la escuela. 

«Es una excelente oportunidad que den capacitaciones para las nuevas generaciones. Muchas veces estamos acostumbrados a comer comida de las calles, de esa que llamamos chatarra, sin beneficios a nuestra salud. Puede ser porque ignoramos el tema, porque se ven atractivas o porque están de moda en la sociedad», explica Carolina. 

«Creo que podemos influir ante estos hechos en las nuevas generaciones. Podemos darles a conocer los beneficios que trae consumir productos sanos y nutritivos. Y que ellos puedan optar por prácticas alimentarias más sanas para que no haya riesgo de enfermedades a raíz del consumo de comida chatarra. Aprendemos mucho de los beneficios y propiedad de los alimentos, aprendimos recetas exquisitas y saludables que podrían verse atractivas para los estudiantes. Entonces, es un tema fundamental ya que es un conocimiento para toda la vida y nos sirve de mucho. Cuando se enseñaba algo sobre una comida chatarra, que era mala para nuestro cuerpo, yo pensaba: en serio? Me quedaba bastante sorprendida».

En este proceso, el huerto escolar se convirtió en un aula viva para el aprendizaje práctico, captando la atención de estudiantes, padres y profesores. «Es una actividad que nos enseña desde diferentes puntos de vista, con el huerto podemos aprender a producir nuestros propios alimentos, valorar y respetar la naturaleza. Nuestros docentes utilizaban el huerto para poner en práctica diferentes materias, todo terminaba con fines educativos «. 

«Estar en el proyecto ha sido de mi agrado completamente. Crecí aquí, tuve experiencias, aprendí a desarrollarme socialmente gracias al proyecto, conviví con compañeros más grandes, de otros grados y se creó un ambiente muy genial en las capacitaciones». 

Durante la pandemia, Carolina recalca que, ante el aumento de los precios de los alimentos, los productos como verduras y hortalizas que cultivó con su familia en su casa fueron beneficiosos. «Teníamos la oportunidad de cosechar en nuestro propio hogar. Antes había verduras que no me gustaban y ahora si las cómo». 

Hoy en el comedor escolar del Cantón San Isidro se sirve a todos los estudiantes, de 4 a 18 años, comidas sanas y nutritivas elaboradas con productos locales, como hortalizas y frutas. Algunos de los ingredientes proceden incluso del huerto escolar, que los estudiantes cuidan y cosechan, lo que es muy relevante en un país donde el 30.7 % de los alumnos de primer grado tienen sobrepeso u obesidad, de acuerdo al IV Censo de Talla y I Censo Nacional de Peso. 

«Quiero darle cumplimento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Creo y tengo fe que la sociedad puede cambiar. El mundo puede cambiar, podemos revertir el cambio climático a través de buenas acciones. Esto me motiva a seguir estudiando. No me voy a cansar ni rendir hasta lograr estos objetivos. Quiero llegar hasta lo más alto que pueda para poder brindar mi apoyo. Solo quiero devolver lo que conmigo fueron FAO»