El momento histórico marca un paso decisivo en la presidencia brasileña del G20. Los países miembros y los organismos internacionales han aprobado por aclamación los documentos para la creación de la Alianza.
Rio de Janeiro, Brasil, 24 de julio de 2024 – El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el ministro de Desarrollo y Asistencia Social, Familia y Combate al Hambre, Wellington Dias, participaron en el prelanzamiento de la Fuerza de Tarea para la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, realizado en la sede de la Organización No Gubernamental (ONG) Ação da Cidadania (Acción de la Ciudadanía), en Río de Janeiro. Los documentos base para la creación de la Alianza fueron aprobados por aclamación durante el evento que marca un paso decisivo de la iniciativa.
En un poderoso discurso, el presidente Lula subrayó la importancia histórica de este momento: «participar en esta reunión ministerial de la Fuerza de Tarea, que sienta las bases para la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, es uno de los momentos más relevantes de los 18 meses de mi tercer mandato».
El presidente brasileño destacó la urgencia de colocar el hambre y la pobreza en el centro de la agenda internacional. «Nada es tan absurdo e inaceptable como la persistencia del hambre y de la pobreza, cuando disponemos de tanta abundancia, de tantos recursos científicos y tecnológicos y de la revolución de la inteligencia artificial”, afirmó el presidente brasileño.
Lula también criticó la desigualdad exacerbada por la globalización. «Nunca tantos tuvieron tan poco y tan pocos concentraron tanta riqueza. El hambre es la más degradante de las privaciones humanas. Es un ataque a la vida, una agresión a la libertad», denunció.
El ministro brasileño Wellington Dias destacó los desafíos actuales y las señales de esperanza en la lucha contra el hambre. «A pesar del fin de la pandemia, el mundo en general no está logrando retomar el camino de la lucha contra el hambre y la pobreza. Las proyecciones lamentablemente indican que, si se mantienen las tendencias actuales, 582 millones de personas seguirán padeciendo desnutrición crónica en 2030”.
Dias señaló los progresos de América Latina y del Caribe, destacando el papel de Brasil. «El país, que había salido del ‘Mapa del Hambre’ en 2014, volvió a enfrentarla en 2021 debido a un gran retroceso político. Sin embargo, con la reanudación de las políticas públicas eficaces en 2023, conseguimos reducir la inseguridad alimentaria severa del 8% al 1,2% de la población brasileña”. Las informaciones están en el informe SOFI de la FAO, titulado Estado de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en el Mundo (The State of Food Security and Nutrition in the World, en inglés) lanzado por primera vez en un país de América Latina.
La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza coordinará acciones y colaboraciones internacionales para implementar programas eficaces de lucha contra el hambre y la pobreza en el mundo. La iniciativa une los dos canales tradicionales de Sherpas y Finanzas en una misma dirección.
Según el presidente Lula, «la Alianza Global nace de este impulso político y de este espíritu de solidaridad. Será uno de los principales resultados de la presidencia brasileña del G20. Su objetivo es renovar el impulso de las iniciativas existentes, alineando esfuerzos a escala nacional e internacional.»
Dias reforzó la importancia de la cooperación internacional, «tenemos todos los recursos financieros y el conocimiento que necesitamos en el mundo, pero tenemos que construir la disposición política, movilizar estos recursos de forma consistente donde estén en abundancia, y canalizarlos hacia quienes más los necesitan».
El camino por recorrer
El lanzamiento oficial de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza se espera para noviembre de 2024, durante la Cumbre de Líderes del G20, también en Río de Janeiro. Esta iniciativa busca recaudar recursos y conocimientos para implementar políticas públicas y tecnologías sociales eficaces para reducir el hambre y la pobreza globalmente, abierta a todos los países interesados, no solo a los miembros del G20.
Lula finalizó con un mensaje de esperanza, «mientras haya familias sin comida en la mesa, niños en la calle y jóvenes sin esperanza, no habrá paz. Un mundo justo es aquel en el que las personas tienen acceso sin trabas a la alimentación, a la salud, a la vivienda, a la educación y a un empleo decente. Estas son condiciones imprescindibles para construir sociedades prósperas, libres, democráticas y soberanas».