Artículo: Crisis climática: las mujeres en el poder transforman vidas

El país en llamas y la histórica sequía en Brasil me han hecho reflexionar mucho esta semana sobre los impactos directos de estos problemas medioambientales en la vida de las personas, especialmente de las mujeres. Sin duda, nuestras acciones traen transformaciones al mundo, no sólo desde el punto de vista medioambiental, sino también político, social y económico. Sí, somos capaces de cambiar lo que está mal, de volver sobre nuestros pasos, de liderar iniciativas audaces y de llevar el planeta en nuevas direcciones.

No es de extrañar que las Naciones Unidas hayan dado a las mujeres una sección entera de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una agenda compuesta por 17 objetivos y 169 metas que deben alcanzarse para 2030. Para la ONU, hay que alcanzar la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas; eliminar la violencia que nos afecta en todos los ámbitos; valorar el trabajo doméstico no remunerado; garantizar la participación efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades en la vida política, económica y pública.

Según Marília Closs, especialista en el tema, doctora en Ciencias Políticas por la UERJ y activista de la Marcha Mundial de las Mujeres, uno de los obstáculos más urgentes a superar es la desigualdad. Marília dice que es importante establecer siempre que hay una diferencia objetiva en lo que sucede cuando las mujeres están en espacios de poder y cuando los hombres están en espacios de poder, y esto incluye no sólo los cargos electivos, sino también los de alta importancia en la función pública, los sindicatos y las universidades. «Hay una mayor tendencia de las mujeres a ser progresistas y a implementar políticas públicas más eficaces, aunque ocupen menos espacios de poder que los hombres», subraya.

Marília, que también es coordinadora de proyectos en Plataforma Cipó, un instituto de investigación dedicado al clima, el desarrollo sostenible y las relaciones internacionales, señala que las cuestiones medioambientales, por ejemplo, afectan de forma desproporcionada a hombres y mujeres. Explica que cuando se trata de la crisis climática, los impactos son desproporcionados porque las mujeres emiten menos gases de efecto invernadero, contaminan menos, degradan menos el medio ambiente -este es el mundo de los hombres-, pero las mujeres sienten más estos impactos. Cuando llueve y una comunidad no se sostiene, son las mujeres las que se quedan atrás para reconstruirla.

Las mujeres son las que hacen todo el trabajo de cuidado que requiere una comunidad después de haber sido destruida. Y cuando Marília dice «trabajo», se refiere al mercado laboral, pero también al trabajo de cuidados que garantiza que, incluso cuando todo está destruido, habrá comida en la mesa, ropa que ponerse, una cama en la que dormir… «En resumen, son las mujeres las que lo garantizan todo», afirma.

Ante el reto de revertir la crisis medioambiental que nos afecta y amenaza nuestro futuro, no cabe duda de que las mujeres, aún en condiciones de desigualdad, podemos y debemos hacernos cargo de la situación. Las mujeres en el poder transforman vidas. Y eso es lo que necesitamos ahora.

Artículo escrito por Isa Colli, periodista y escritora, y publicado el sitio web: https://odia.ig.com.br/opiniao/2024/09/6922437-crise-climatica-mulheres-no-poder-transformam-vidas.html