*Fernanda Pacobahyba, presidenta del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación (FNDE)
Desde 1955, Brasil tiene una política pública sólida para el suministro de alimentación escolar de manera universal y gratuita, actualmente denominada Pnae (Programa Nacional de Alimentación Escolar). Esta política está estructurada y operada por el FNDE (Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación), una entidad autónoma del Ministerio de Educación que, en 2023, cuenta con un presupuesto de 5,5 mil millones de reales para distribuir a todos los municipios y estados brasileños con este fin.
Además de ser una política nacional, el Pnae tiene un historial de importantes colaboraciones para compartir experiencias, especialmente con países de América Latina y el Caribe, así como con el continente africano. En este sentido, cabe destacar la creación de la Red de Alimentación Escolar Sostenible – RAES, resultado de un proyecto de cooperación internacional del gobierno brasileño (FNDE/MEC y ABC/MRE) con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
Con la pandemia de la covid-19, se observó que millones de niños que se alimentaban en la escuela sufrieron impactos debido a la dificultad de acceso al entorno escolar. Esto motivó la creación de la Coalición Global para la Alimentación Escolar, que en 2021 pasó a ser liderada por Francia y Finlandia.
Esta coalición parte del reconocimiento de que, más allá del suministro de una alimentación escolar saludable con impactos positivos evidentes en el ámbito educativo, también existen beneficios en áreas como «seguridad alimentaria, nutrición, salud, protección social, igualdad de género, transformación de los sistemas agroalimentarios y acción climática». Así, ya existe un sólido entendimiento de que estos aspectos son fundamentales para el desarrollo humano y para enfrentar los desafíos inherentes a la existencia humana con equidad y calidad de vida.
En 2023, después del encuentro entre los presidentes Lula (Brasil) y Macron (Francia), Brasil se unió a la coalición desempeñando un papel que afirma su liderazgo mundial en el tema de la alimentación escolar. Ahora, el país asume la copresidencia de la coalición global y propone una nueva iniciativa denominada «Estrategia de Cooperación Internacional en Alimentación Escolar».
En la práctica, a partir de los trabajos en la RAES, que es la red regional de América Latina y el Caribe, el país fomentará la estructuración y desarrollo de otras 4 redes regionales mundiales para expandir los programas de alimentación escolar en todo el mundo.
También abordará la cuestión de los impactos del cambio climático en la alimentación escolar, mediante la estructuración de una base de datos global que permita comprender mejor el ciclo de desarrollo de la agricultura familiar, que se consagra mundialmente como la principal proveedora de insumos para la alimentación de los estudiantes, la utilización del agua y el respeto a las culturas locales.
Por lo tanto, la mejor receta para la educación es la cooperación, la solidaridad, el compromiso y el afecto. Todos somos humanos, sin importar el país de origen, el color, la raza o las creencias. Y es precisamente el factor humanitario la fuerza más grande que puede unirnos en la búsqueda del propósito de transformar la vida de los niños a través de una alimentación escolar adecuada.
Lo que impulsa a los representantes brasileños en este proceso es un interés grandioso que une a todo el planeta: asegurar que 724 millones de niños reciban alimentación nutritiva hasta 2030 y erradicar el hambre no solo en Brasil, sino en todo el mundo. El Pnae puede colaborar una vez más para sacar a Brasil del Mapa del Hambre, después de los retrocesos en los últimos años.