Con la promulgación de la Ley nº 11.947, al menos 40 millones de estudiantes de escuelas públicas pasaron a ofrecer una alimentación más saludable y adecuada, que contribuye al desarrollo físico y cognitivo.
*Najla Veloso, coordinadora del proyecto Agenda Regional para Alimentación Escolar Sostenible en América Latina y el Caribe, ejecutado en el marco de la Cooperación Internacional Brasil-FAO
El programa de alimentación escolar de Brasil, que ofrece alimentos a más de 40 millones de estudiantes de escuelas públicas del país, ha ganado mayor amplitud, colores y sabores en los últimos años, a partir de la aprobación de la Ley nº 11.947, en el 16 de junio de 2009, conocida como la Ley de Alimentación Escolar.
Esta ley, que cumple 15 años en junio de 2024, garantiza el acceso a una alimentación saludable y nutritiva en la escuela todos los días, destacando la importancia del respeto a la cultura, las tradiciones y los hábitos alimentarios, partiendo del principio de que una alimentación adecuada contribuye al desarrollo físico y cognitivo y a la mejora del rendimiento escolar, además de ser una estrategia de seguridad alimentaria y nutricional para niños, niñas y jóvenes.
Una de sus innovaciones es la universalidad, es decir, la garantía de oferta de alimentación para todos los estudiantes, así como la implementación de acciones de educación alimentaria y nutricional (EAN). Estas acciones hacen que el programa aporte alimentos y se comprometa con la construcción de hábitos alimentarios saludables. Esto cobra aún más relevancia cuando pensamos que hay nueve mil nutricionistas responsables de elaborar menús, además de 250 mil docentes y 150 mil escuelas públicas en Brasil.
Un ejemplo de estas acciones es la implementación de huertos escolares presentes en muchas escuelas que, además de ser herramientas de aprendizaje y formación de hábitos alimentarios saludables, también estimulan valores como el trabajo colectivo, el respeto a la tierra y la valorización de la actividad de los agricultores familiares en la producción de alimentos.
Otra innovación de la ley brasileña es la obligatoriedad de adquirir, al menos, el 30% de los alimentos producidos por la agricultura familiar. En 2022, el 45% de los recursos para las compras de alimentos del Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) se destinaron a agricultores familiares. Esto ha estado estimulando, a lo largo de una década y media, circuitos cortos de producción, venta y consumo, favoreciendo el desarrollo económico de las familias, permitiendo ingresos asegurados y mejores condiciones de vida.
El éxito de los cambios promovidos por la ley ha trascendido las fronteras del país a lo largo de sus años de implementación, despertando el interés de otros países, principalmente los de América Latina y el Caribe. Para promover este intercambio de conocimientos sobre el marco normativo brasileño, desde 2009, el Gobierno de Brasil, a través de la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE) y el Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación (FNDE), y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desarrollan acciones para apoyar el fortalecimiento de programas de alimentación escolar en la región, mediante el Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO.
Estos 15 años de cooperación internacional en alimentación escolar han contribuido a compartir las experiencias brasileñas con otras naciones, haciendo que muchos países conviertan sus programas de alimentación escolar en una política de Estado. Actualmente, a través de la asistencia técnica de la cooperación, seis países han aprobado sus leyes de alimentación escolar: Bolivia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá y Paraguay. Además, El Salvador, Chile y República Dominicana están tramitando sus proyectos de ley.
Los esfuerzos de la alianza entre Brasil y la FAO han avanzado, y en 2018 se creó la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES), una iniciativa que ya ha contado con la participación de 26 países de la región. Estas naciones dialogan sobre alimentación escolar, mejoramiento de la política pública y sus marcos normativos, fortalecimiento de las capacidades de los gestores, mediante la generación de conocimientos, y realizan misiones técnicas para conocer en terreno la ejecución de la política en Brasil y en otros países.
La Ley de Alimentación Escolar brasileña ha transformado la calidad de la alimentación ofrecida a millones de brasileños y consolidado una referencia de programa sostenible e inclusivo, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, fortaleciendo una importante política pública de apoyo a la seguridad alimentaria y nutricional.
Por todo esto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebra el aniversario de 15 años de la Ley nº 11.947, especialmente por la construcción del paradigma de que el derecho humano a una alimentación saludable y adecuada para todos los estudiantes en el período escolar es un derecho inalienable y, hoy, prácticamente, indiscutible.
Este avance representa una importante construcción histórica de nuestro tiempo, no solo por su amplitud y calidad, sino, sobre todo, por el impacto internacional que ha alcanzado, dada su consistencia y pertinencia.
