Aproximadamente 125 niños de 3 a 5 años son impactados por la experiencia realizada en la ciudad de São Caetano do Sul, en el sureste de Brasil
Paulo Beraldo
São Paulo, Brasil, 04 de febrero de 2025 – Una iniciativa innovadora en el programa de alimentación escolar de São Caetano do Sul, en el sureste de Brasil, está trabajando para formar hábitos más saludables en las nuevas generaciones de estudiantes y reducir el desperdicio de alimentos. Inspirada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2 y 12 (hambre cero y producción y consumo responsables), el centro educativo EMEI Zilda Natel ha promovido prácticas de consumo consciente con un impacto positivo en aproximadamente 125 niños de 3 a 5 años de edad.
Para ello, se han adoptado medidas como el cálculo diario de las comidas para ajustar las porciones según el número de estudiantes presentes, además de la implementación de un sistema de autoservicio infantil, promoviendo el aprendizaje práctico sobre porciones adecuadas y evitando el desperdicio. También se lleva a cabo un monitoreo continuo de la experiencia: una vez al mes, el equipo de alimentación escolar recibe informes sobre el consumo de alimentos para realizar posibles ajustes en el envío de productos, tanto en cantidad mayor como menor.
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Priscila Bombassei Amorim, directora de la EMEI Zilda Natel, destaca la importancia del involucramiento colectivo para el éxito de esta iniciativa, con la participación de docentes, personal de limpieza, auxiliares, cocineras y gestores trabajando juntos en la mejora de las prácticas.
«Los niños son los protagonistas del proyecto, ya que el proceso de servirse es realizado por ellos mismos. El papel del educador es el de mediador del proceso, tanto en la supervisión para ayudar en el momento de servirse como en la reflexión durante los círculos de conversación sobre la importancia de colocar en el plato solo la cantidad que van a consumir y que, si no es suficiente, pueden repetir la comida, lo que ha evitado el desperdicio», afirmó.
Desafíos superados
La implementación del proyecto enfrentó desafíos como la resistencia inicial de los adultos a confiar en la capacidad de autonomía y comprensión de los niños pequeños para servirse solos en el sistema de autoservicio. Los educadores tuvieron que cambiar su enfoque y pudieron observar cómo los niños se alimentaban de manera responsable. Otro obstáculo fue la adaptación de las cocineras, que siguen protocolos documentales determinados por el sector de alimentación escolar en lo que respecta al control diario de los alimentos.
Según Priscila Bombassei Amorim, el diálogo constante y las capacitaciones fueron esenciales para superar esta dificultad. Además, algunas familias expresaron preocupación por el cambio. Para tranquilizarlas, la escuela comenzó a compartir semanalmente en redes sociales videos y fotos que muestran cómo los estudiantes se alimentan e interactúan durante las comidas.
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Impactos positivos
Entre los impactos positivos de esta experiencia, Priscila menciona que se ha reducido la cantidad de residuos orgánicos en la escuela y que los estudiantes han desarrollado mayor autonomía. También comenta que han comenzado a probar una mayor variedad de alimentos, reduciendo la selectividad alimentaria. Además, se ha ajustado el envío de alimentos perecederos.
«Es una práctica innovadora, ya que creemos que desde una edad temprana nuestros estudiantes son capaces de construir y ampliar valores de sostenibilidad al consumir los alimentos de manera consciente, contribuyendo así a evitar el desperdicio y a cultivar un mundo más sostenible».
«Iniciativas como la de la EMEI Zilda Natel, en São Caetano do Sul, son ejemplos inspiradores para el mundo porque demuestran que algunos cambios en las acciones diarias pueden generar grandes transformaciones. Al educar a los niños sobre el valor de los alimentos y el impacto del desperdicio, la escuela está preparando ciudadanos comprometidos con un mundo más sostenible para todos», evaluó Najla Veloso, secretaria ejecutiva de la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES).
Como iniciativa de Cooperación Sur-Sur Trilateral se desarrolló la RAES, que es una estrategia de la Cooperación Internacional Brasil-FAO en alimentación escolar. La RAES es impulsada por el Gobierno de Brasil, por medio de la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC/MRE) y del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación (FNDE/MEC), con la secretaría ejecutiva de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).