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‘La RAES es esencial como plataforma de intercambio y apoyo mutuo regional en alimentación escolar’

Jorge Meza, Representante de FAO en Argentina y Uruguay, comenta que conocer experiencias de los otros países ayuda a solucionar problemas a nivel local e incorporar innovaciones

Paulo Beraldo

Jorge Meza, Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Argentina y Uruguay, evalúa que la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES) es una iniciativa clave para la región de América Latina y el Caribe. En entrevista a la plataforma RAES, comenta aspirar que los dos países activen y fortalezcan su participación en dicha red y señala que la iniciativa de trabajar conjuntamente es esencial para intercambiar y proveer apoyo mutuo regional.

“En los países hay mucha experiencia, información y lecciones aprendidas de lo que se debe hacer y también de lo que no se debe hacer con la alimentación escolar”, dice. “La solución a los problemas que enfrentan algunos países ya ha sido alcanzada en otros países. Además, algunos países han incorporado innovación en la manera con la cual implementan sus programas de alimentación escolar».

En la conversación, aborda el panorama de la alimentación escolar en Argentina y Uruguay, comenta también sobre la importancia de los marcos normativos en seguridad alimentaria y nutricional, un tema prioritario en la agenda de la RAES.

Desde su mirada institucional, ¿cuál es la importancia de la política de alimentación escolar en el marco de sistemas alimentarios más inclusivos y resilientes y también para alcanzar los ODS?

Contar con políticas nacionales de alimentación escolar tiene múltiples beneficios. El primero y directo, es que los niños recibirán una comida nutricionalmente adecuada, y con eso podrán desarrollar de manera más apropiada, su actividad académica, intelectual y física, en las escuelas y colegios. Esta es una acción clara de inclusión de la población que está en el sistema educativo, en el sistema alimentario. 

A través de la alimentación escolar nutricionalmente apropiada, se espera, además, que los niños construyan hábitos alimentarios más saludables, que luego serán parte de su formación y cultura, y lo extenderán en su momento, a sus propias familias, mejorando paulatinamente, el hábito alimentario de toda la sociedad.

Es importante considerar además que, niños bien alimentados y adecuadamente formados en las escuelas y colegios, son base importante para el progreso. La alimentación adecuada permitirá que tengan un desarrollo apropiado y con buena salud, con lo cual, la presión hacia el sistema de salud pública será menor, y además, en su vida laboral, serán más constantes en el trabajo, con vidas productivas más largas. 

Desde la Cooperación Brasil-FAO, creamos la Red de Alimentación Escolar Sostenible para proveer y facilitar este diálogo regional, articulando la política de alimentación escolar con otros temas prioritarios. En su mirada, ¿cuál es el potencial de contribución de una red de esta naturaleza?

La RAES es una iniciativa clave. En los países hay mucha experiencia, información y lecciones aprendidas de lo que se debe hacer y también de lo que no se debe hacer con la alimentación escolar. La solución a los problemas que enfrentan algunos países ya ha sido alcanzada en otros países. Además, algunos países han incorporado innovación en la manera con la cual implementan sus programas de alimentación escolar.

Uno de los elementos clave para mejorar la alimentación escolar en la región es apoyar al intercambio de experiencias entre las autoridades nacionales responsables por los programas. En ese sentido, la RAES es esencial como plataforma de intercambio y apoyo mutuo regional.

Esto se confirmó durante la pandemia. La Red ayudó en el intercambio de información sobre soluciones para sostener los programas de alimentación escolar, funcionales, aun cuando los niños y niñas estaban en sus casas, aislados. En algunos casos, la ayuda para sostener una mínima alimentación de los estudiantes, llegó hasta sus casas. Actualmente, la Red continúa el intercambio, en un contexto no más de emergencia alimentaria, pero sí de recuperación social, siempre bajo la perspectiva de reducir la inseguridad alimentaria y hacer efectivo el derecho a una alimentación adecuada. Aspiramos a que Uruguay y Argentina activen y fortalezcan su participación en la Red de Alimentación Escolar Sostenible de América Latina y el Caribe.

En la línea de posibles colaboraciones a nivel regional, ¿cómo ve las posibilidades de intervención de la RAES en nuestra región, especialmente junto a Uruguay y Argentina? ¿De qué manera la experiencia de otros países de ALC pueden influir positivamente en los PAE de Argentina y de Uruguay?

Para Uruguay, la RAES podría ser una oportunidad para conocer experiencias de otros países, y fortalecer el sistema de compras públicas descentralizadas de alimentos para escolares y estudiantes de secundaria, de los agricultores familiares locales. Por otro lado, Uruguay podría aportar a los países de la región, su experiencia en la implementación de su Programa de Alimentación Escolar (PAE) que se inició a principios del siglo XX. 

El país ha hecho un ejercicio de evaluación y monitoreo del estado nutricional de los beneficiarios del PAE, lo que se constituye en una práctica que podría resultar también importante para otros países de la región. Hay experiencia también, en escuelas que brindan alimentación a centros de educación secundaria. 

En el país, la ley de Alimentación Saludable en los Centros de Enseñanza también regula la comercialización y publicidad de los alimentos en los entornos educativos, ya que, si bien el Programa de Alimentación Escolar abarca una población importante de escolares y adolescentes, en paralelo, se comercializan alimentos y productos en los centros educativos. Asimismo, un decreto sobre rotulado de alimentos, reglamenta la comercialización de alimentos con alto contenido de sodio, azúcares o grasas, mediante la implementación del etiquetado frontal en el envase. Esta reglamentación fue acompañada por varias entidades de Naciones Unidas en Uruguay, entre ellas la FAO.

Y con relación a la Argentina?

La FAO considera que la alimentación escolar ocupa un lugar de relevancia en la agenda nacional, y por eso apoya al Estado en el fortalecimiento de los entornos alimentarios y a la alimentación escolar, como elementos importantes en la estrategia para reducir la inseguridad alimentaria y la malnutrición. En relación con esta temática, en el año 2021, se sancionó en la República Argentina la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable Nº 27.642 o Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos

Esta normativa es muy importante para precautelar la buena alimentación de los escolares, pues ayudará en el proceso de regulación de la publicidad de alimentos a los cuales los niños están expuestos. Además, apoyará en la definición del alimento que se puede y no vender en las escuelas y colegios. Me parece que aquí hay mucho aprendizaje en la región para recibir, y una buena experiencia que se va acumulando en Argentina, para la región.

Es importante mencionar también que la FAO en Argentina lidera el Grupo de Trabajo del Sistema de Naciones Unidas para la temática “Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN)”. Desde este grupo se ha articulado el trabajo de las Agencias, Fondos y Programas de la ONU, para apoyar al Estado argentino en la sanción, reglamentación e implementación de la Ley de Etiquetado Frontal. El grupo ha realizado campañas de comunicación dirigidas al público general sobre la temática.

En este momento, Uruguay está impulsando una ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN), a través del Frente Parlamentario contra el Hambre. ¿Cómo ve la importancia de marcos normativos para la SAN, en términos del establecimiento de mecanismos de gobernanza y la institucionalidad pública?

Los marcos normativos en SAN son esenciales para establecer el tema como prioritario, ajustar la institucionalidad y los mecanismos de gobernanza, y facilitar la implementación de acciones concretas, alcanzando presupuesto y adaptando herramientas estatales a los desafíos actuales en materia de seguridad alimentaria. Son importantes además para apoyar el proceso de transformación de los sistemas agroalimentarios, incluyendo los programas de alimentación escolar, para fortalecerlos.

Uruguay cuenta con una Comisión especial asesora sobre el Derecho a la Alimentación, que corresponde al capítulo nacional de lo que llamamos los “Frentes Parlamentarios contra el Hambre”. Se trata de un grupo de senadores y diputados que atienden en particular este tema clave para acompañar iniciativas inter-partidarias, de interés nacional en la temática. La Comisión recibe apoyo del Programa de FAO “Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre”, que tiene apoyo de la Cooperación del Gobierno de España.

Uruguay ha sido un gran actor en el marco de los Frentes Parlamentarios mencionados, desde su creación.  Actualmente sus integrantes están trabajando en el desafío de las pérdidas y los desperdicios de alimentos, pero también tienen previsto evaluar un proyecto de ley marco de SAN, cuyo objetivo es ordenar la legislación e institucionalidad vinculadas al derecho humano a la alimentación adecuada, de manera más general.

Es consenso que escalar buenas experiencias a nivel nacional y regional ayuda a promover un sistema agroalimentario sostenible y responsable. En el caso de Uruguay, la experiencia de Entornos Saludables, ¿puede ser vista como algo que puede ser impulsado a nivel nacional y además compartirse con el resto de los países de ALC?

Sin duda. Más allá del conocimiento teórico de lo que se recomienda o no hacer, para los jóvenes, el experimentar, el compartir con referentes que cuentan con técnicas y conocimiento pedagógico para acompañarlos en el acercamiento a la cocina y al alimento saludable de una manera lúdica, es clave.

 Un entorno alimentario saludable, vinculado a la disponibilidad de alimentos nutritivos, inocuos y agradables, es fundamental para mejorar la alimentación escolar. El entorno alimentario saludable, en un contexto escolar, hace referencia a toda la infraestructura y circunstancias dentro de las escuelas y colegios, y sus alrededores, en los cuales se encuentran, compran o consumen alimentos y al contenido nutricional de esos alimentos.

El entorno, que también incluye la información disponible, la promoción (publicidad, marcas, etiquetas de los alimentos, envases, promociones, etc.) y el precio de los alimentos, determina el grado en que los mismos están disponibles, son asequibles y convenientes y resultan deseables. Un entorno alimentario escolar saludable permite y propicia a la comunidad escolar (niños, personal escolar y padres o familiares) elegir alimentos compatibles con mejores dietas.

La experiencia de Uruguay, que apela a continuar creciendo a nivel nacional, podría ser inspiradora y adaptarse a otros países de la región. En 2022, se realizaron 8 talleres en 6 departamentos de Uruguay alcanzando —y entusiasmando— a unos 240 jóvenes en tan solo un mes, lo cual nos deja una perspectiva alentadora para continuar impulsando esta experiencia.