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Con mucha creatividad, maestro ecuatoriano capta la atención de niños y niñas con un muñeco y promueve acciones de EAN

El maestro Edison Eloy, de Guayaquil, cuenta su experiencia con el muñeco Soloy y las actividades educativas que desarrolla para estudiantes de edad preescolar.

Paulo Beraldo

¿Como atraer la atención de niños y niñas de tres años para que se mantuviesen a la frente de la computadora durante las clases virtuales? De la dificultad surgió una oportunidad: la creación del personaje Soloy, un muñeco muy simpático importado directamente de Bélgica, que participa de las clases con los estudiantes de 3 años de la Unidad Educativa Fiscal Carlos Monteverde Romero, en Guayaquil, Ecuador. 

En entrevista a la plataforma RAES, Eloy destaca la importancia de la capacitación de los profesores, la sensibilización de las familias y de trabajar con los estudiantes temas de educación alimentaria y nutricional, para que los hábitos de alimentación y el consumo saludable sean fomentados en esta y las próximas generaciones. El maestro valora la producción local de alimentos, con pertinencia cultural, y las múltiples posibilidades de comer de manera nutritiva, adecuada y económica, con creatividad. 

¿Cómo empezó y de donde vino la búsqueda por una alimentación saludable y la idea de incluir actividades acerca de este tema en el día a día de la escuela? 

Hace muchos años que yo me di cuenta de la importancia de la buena nutrición. Ya llevo 25 años siendo vegetariano, siempre cuido mucho a la alimentación, consumo frutas, verduras y me gusta comer saludable. Siempre como con los niños y llevo generalmente arroz integral, ensaladas, carne de quinua, además de muchas frutas. Hubo un día en el que yo estaba comiendo frutas. Eran uvas. Y un niño de 3 años se acercó e y me preguntó: ‘Tío, ¿Qué comes’? Y le contesto: ‘Estoy comiendo uvas’. Y me responde: ‘¿Quién te mandó?’. ‘Mi mamá me mandó, porque son muy saludables y tengo que comer saludable para estar fuerte’, digo. Después de unos días todo empezó con un niño comiendo uvas, con dos y en una semana, de 19 estudiantes, eran 17 con frutas. 

Me sorprendí. Las mamás vinieron me contando que los chicos estaban pidiendo comida saludable en casa. Solamente de verme comiendo las frutas, ellos quisieron también. Entonces, un profesor es modelo para los niños y niñas. Fue de una forma accidental que me di cuenta de cómo ellos van viendo todo lo que tu haces, lo que comes… Todo eso nasce con una experiencia de vida, de alimentarme saludablemente, de incentivar eso y llevarlo adelante. 

¿Cómo se hizo para involucrar estas actividades en el currículum? 

Acá trabajamos con rutinas. Primero yo los recibo en la escuela, hacemos una ración, tenemos las actividades… Pero la pandemia cambió todo. Cuando fue virtual, fue un desafío para mí, yo no sabía cómo llegar a los niños y niñas de 3 años, que no se sientan en la computadora, no quieren quedarse ahí. Entonces, recorrí a Soloy para captar la atención. Pasé a englobar temas muy específicos, como lavar las manos, lavar los dientes, vestirse, los colores, los alimentos nutritivos. Eran temas muy específicos, videos muy cortitos, donde Soloy los animaba a hacer lo que se pedía. Él siempre salía primero, saludando a ellos, bromeando que Tío Eloy se quedó dormido… Ha sido verdaderamente un éxito en las clases presenciales y virtuales. Soloy nació de cómo captar la atención en la virtualidad, ya que en la presencialidad es mucho más fácil. 

¿Cómo fue la reacción y el soporte de la escuela a esta iniciativa? 

Acá en Ecuador hay un programa que se llama Educando la Familia, que trata de temas como la no violencia y el apoyo escolar. Es un programa dividido en fases y una de ellas es la promoción. Yo incluí Soloy ahí, no solo más con los niños, eran todos de la institución educativa. La psicóloga de nuestra escuela hasta tuvo permiso para compartir el material con otras instituciones educativas. Se veía como nosotros promocionábamos nuestros programas educativos y pedían que lleváramos Soloy. También tenemos una red de aprendizaje para compartir experiencias entre docentes de distintas instituciones educativas y cuando a nuestro centro escolar le tocó dar un programa, pudieron para mandar a la experiencia de Soloy. En general, cuando volvimos a la presencialidad, las directoras, la psicóloga, la comunidad educativa, todos preguntaban: ´¿Vas a traer Soloy?´ Hoy hay niños y niñas que traen muñequitos para jugar con Soloy. A veces yo lo llevo en una mochila y él gritaba: ‘¡Sácame de aquí, sácame de aquí!’. Y cuando yo lo sacaba los niños querían abrazarlo, estar con él, cuidarlo. 

¿Cómo se puede movilizar a los maestros para que discutan acciones de educación alimentaria y nutricional cada vez más en las escuelas? 

Con la experiencia que he tenido, me he dado cuenta de que es importante que en las instituciones se haga una primera reunión con los padres de familia o los tutores legales. Y que eso no pase más allá de los 15 días desde que las clases hayan empezado. Uno de los temas más importantes en el que me centro es la nutrición. Es muy importante tener en cuenta que en la educación los estudiantes no deben aprender sólo los colores, las fórmulas matemáticas, las capitales de países o las historias. Es un desarrollo integral. Pero, para eso, el docente debe formarse, saber que es un alimento nutritivo, cuál comida se produce en su zona, cuál es el valor nutricional, cuánto cuesta 1 kilo de un alimento típico y saludable, cuanto es un racimo de verde, cómo se puede reemplazar el azúcar, los químicos, los colorantes. Es necesario ir al mercado, saber el precio de la zanahoria, de la ensalada, de los plátanos, de la miel, de la Stevia. 

¿Cómo se puede proponer un buen diálogo con las familias para lograr éxito en esta tarea? 

Es necesario motivar a los padres y madres, y ser un ejemplo, comer frutas, verduras, vegetales. Hay que ser explícito y la gente va a ver. Y quiero agregar que es un granito al día, un proceso, este cambio no es de la noche para la mañana. Un docente debe estar muy preparado en temas de leyes, de nutrición, el daño que hace el azúcar, las frituras, los químicos, la comida chatarra. Y es importante que los padres sepan eso para entender qué es la diferencia entre consumir eso y otra cosa. Con todo eso se puede poner la familia en la causa también. Yo explico a los padres y madres que quiero ver al niño alimentándose con comida saludable, pido que manden comida saludable, para motivarlos y a veces también presionarlos. 

¿Puede dar algunos ejemplos en el día a día de la escuela que han cambiado?

Por ejemplo, prohibir dulces o caramelos en las festividades. ¿Por qué no ofrecer comida saludable y una buena nutrición en las festividades? También es importante prohibir las escuelas de ofrecer gaseosas para los estudiantes y disciplinar a los padres y madres respecto a la nutrición, incentivando el consumo de frutas de todos los tipos, las recetas más saludables. Además de eso, otros maestros se dan cuenta de los beneficios de esta actitud y toda la comunidad educativa pasa a ofrecer más jugos, verduras, frutas. Yo por un tiempo participé de un proyecto de una fundación que cuidaba a niños de la calle. Había dos voluntarias que, con el presupuesto, iban al mercado y les compraban gaseosa y galletas. Cuando entré, comenté que no podríamos seguir así. Y yo pasé a ir al mercado mayorista con esta misma poca plata y compraba mandarinas, naranjas, verdes y otras frutas. Después de mi salida, el equipo seguía yendo al mercado comprobando alimentos saludables para una buena nutrición. En síntesis: eres tú que empieza con un granito de arena. Y el resto de la comunidad va a ver lo que tu hace y también lo va a querer. Y la energía se va contagiando. 

Usted ha participado del curso ‘Alimentación escolar como estrategia educativa para una vida saludable’, desarrollado por la Cooperación Brasil-FAO en el 2021. ¿Puede dar un ejemplo de una actividad que ha puesto en práctica después de eso? 

En las clases me llamó mucho la atención el tema de la calidad de los alimentos, las frutas, verduras, los colorantes, de la azúcar blanca, de la sal. Me gustó ver como en este curso se hablaba mucho sobre alimentos naturales, frescos, saludables, locales. Es fundamental apoyar la producción regional y sazonal, que pude ser mucho más barata y nutritiva que alimentos procesados. Entonces es importante aprovechar lo que hay en nuestra localidad, nuestra zona, nuestra cultura, nuestros productores y productoras. También el tema del huerto escolar como herramienta pedagógica, el hecho de tener la ayuda de expertos, de técnicos, para hacerlo eficiente, fue muy interesante. 

Ahora quiero desarrollar un proyecto que básicamente trata en que todo el preescolar se ponga de acuerdo para implementar el «Lunch Nutritivo», en compromiso y colaboración con las familias. Cada semana será un menú que las familias harán con algo de arte, donde los alimentos se enviarán de forma que representen algo bonito al niño, por ejemplo, un arroz con pollo, pero servido con forma de cara de osito, cosas así.