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‘Marcos normativos son fundamentales para fortalecer la alianza entre alimentación escolar y agricultura familiar’

En entrevista a la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES), Adoniram Sanches Peraci destaca el rol de la institucionalidad para fortalecer las compras públicas y la alimentación escolar

Paulo Beraldo

«Los marcos normativos son fundamentales para fortalecer la alianza entre la alimentación escolar y la agricultura familiar», afirma Adoniram Sanches Peraci, Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Costa Rica y Panamá. Vincular la alimentación escolar y la agricultura familiar es un largo camino que enfrenta distintos desafíos, según resume Adoniram, pero él califica esta unión como un motor de desarrollo y una ‘alianza ganar-ganar’.

La Cooperación Brasil-FAO en alimentación escolar lanzó en 2023 un documento sobre la importancia de los marcos normativos para la alimentación escolar, con lecciones aprendidas, experiencias bien sucedidas y testimonios de profesionales de distintas partes de la región. 

Adoniram forma parte de FAO desde 2011 y ha desempeñado roles como oficial de seguridad alimentaria y nutricional, oficial principal de política y coordinador de programas estratégicos. En una entrevista con la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES), compartió su experiencia, especialmente en el tema de compras públicas, adquirida durante su cargo como Secretario Nacional de Agricultura Familiar del Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Brasil.

El experto destaca que actualmente los 33 países de América Latina y el Caribe tienen algún tipo de programa de compras públicas, ya sea para la alimentación escolar, el sistema carcelario o los hospitales, por ejemplo. «Para eso, el primer paso son marcos regulatorios bastante serios, como decretos y leyes, que permitan la apertura del proceso de compras nacionales e incorporen aspectos de nutrición vinculados a las guías alimentarias», señala.

Adoniram suele decir que la política de compras públicas de la agricultura familiar promueven beneficios para todos los involucrados – desde los territorios, los municipios, la economía de las familias rurales , que reciben los recursos y donde se genera empleo, hasta los estudiantes de las escuelas que reciben productos frescos y saludables. A la vez, eso enfrenta problemas como la obesidad y el sobrepeso, caracterizado por Adoniram como ‘una pandemia’ en la región de ALC. «Además, el país gana, ya que esta política aborda diversos compromisos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la reducción de la pobreza, el hambre, la educación de calidad y la igualdad de género», agrega.

«A través del Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO, destacamos la importancia de destinar recursos de compras a la agricultura familiar, promoviendo la actividad económica y estableciendo un enfoque descentralizado, además de fomentar hábitos saludables en las escuelas y en los ciudadanos del futuro».

Adoniram destaca aún el rol de la asociatividad y del cooperativismo para promover el desarrollo local. «Alrededor del 60% de los estudiantes están en grandes capitales, ciudades con más de 500 mil habitantes, y el formato de alcanzar las escuelas urbanas en las grandes ciudades es vía cooperativa ,asociaciones y microempresas de agricultura familiar», dice. 

El experto de la FAO evalúa que los Estados que implementan programas de compras públicas demuestran solidez y responsabilidad frente a la seguridad alimentaria del país. En este sentido, destaca la necesidad de crear espacios de articulación intersectorial entre los ministerios de agricultura, salud y educación para definir la frecuencia, regularidad, sanidad e inocuidad de los alimentos ofrecidos. Además, es importante articular a nivel local con los padres y madres de familia, universidades, alcaldías y productores regionales, entre otros actores.

«Otro aspecto muy importante es cómo se genera una dinámica en torno a las escuelas, involucrando a universidades y centros de apoyo, para que la comunidad en su conjunto pueda participar, apoyar y comprender lo que sucede en este entorno alimentario, que en muchos países y situaciones puede ser la principal fuente de alimentación para los estudiantes».

Asimismo, es fundamental trabajar en la oferta de alimentos, especialmente aquellos provenientes de la agricultura familiar. «En municipios de hasta 30 mil habitantes, la ecuación es relativamente fácil, ya que pequeños grupos pueden establecer un calendario basado en un menú elaborado por el área de nutrición de los ministerios para obtener los alimentos deseados dentro de un cronograma. Sin embargo, el gran desafío está en cómo abastecer a los grandes centros urbanos, ciudades con 5 millones, 8 millones de habitantes, que requieren una mayor escala y una cadena productiva más estructurada y vinculada», evalúa.

Para lograrlo, Adoniram considera que es necesario fortalecer las acciones de educación alimentaria y nutricional (EAN) que promuevan hábitos alimentarios saludables desde la niñez. Esto, a su vez, contribuirá a reducir la inseguridad alimentaria y las enfermedades no transmisibles asociadas con la sobrealimentación, como la diabetes mellitus, el colesterol alto, los problemas cardíacos y la hipertensión. «Este es un tema cultural que concierne a toda la sociedad, no es un problema específico de un sector en particular. Sin embargo, después de más de 10 años y con la experiencia de 18 países, se ha demostrado que es posible abordarlo».

Acceda aquí el documento sobre marcos normativos publicado por la Cooperación Brasil-FAO en alimentación escolar: