Victor Castro, director ejecutivo del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil de República Dominicana, evalúa que es necesario fortalecer cada vez más esta política en el país y institucionalizarla
Paulo Beraldo
Victor Ramón Castro, director ejecutivo del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil de República Dominicana, empezó la entrevista con la plataforma de la RAES yendo directo al punto: en su visión, la alimentación escolar es el programa social más importante desarrollado en el país y debe ser fortalecido.
“Queremos que se institucionalice, se normativice, para que no quede a expensas de voluntades de los gobiernos, sino que sea una verdadera política de Estado, con el propósito de que nunca más tengamos en un centro educativo, un niño desnutrido”, comentó.
Castro, quien es ingeniero químico egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), también comentó acerca de la importancia de un marco legal para la alimentación escolar y señaló que ve en la Cooperación Brasil-FAO un gran aliado para el desarrollo sostenible en la región.
¿Cuáles fueron los principales logros obtenidos con la misión técnica desarrollada en el mes de junio por la Cooperación Brasil-FAO y por la FAO con expertos de distintos países?
Uno de los aspectos más relevantes fue el haber socializado las acciones dentro del programa de alimentación escolar (PAE) reunir, conocer a todos los actores y articular con los sectores conexos que inciden directamente en este programa. Tuvimos la oportunidad de ponernos todos en el mismo plan, hacia una dirección concreta; es una gran oportunidad para seguir robusteciendo este programa social, que es el más significativo que se desarrolla desde el Gobierno de República Dominicana. Unir todas estas voluntades hacia la búsqueda de mejoras de este cardinal programa, ya es un gran logro.
¿Cómo evalúa la importancia de este acompañamiento y del soporte técnico de la FAO y de la Cooperación Brasil-FAO para el desarrollo del programa de alimentación escolar en RD?
Trabajar con organizaciones con esta experiencia y aprovecharla; tanto de la FAO Brasil como de diferentes países, es la parte más positiva para que podamos replicar en República Dominicana. Es de suma importancia y alta ayuda para seguir creciendo, seguir ampliando. Aunque no hemos alcanzado la población total de estudiantes, sí pensamos que tenemos que universalizar este programa.
No sólo para servir alimentos de lunes a viernes. Esperamos en un futuro próximo, que podamos extenderlo para días de fiestas, sábados y domingos; además, en el periodo de vacaciones. El impacto que este programa tiene en términos nutricionales, hay que mantenerlo, fortalecerlo y estamos empeñados en esta universalización. Debemos trabajar para ampliar el más importante de todos los programas que impulsamos en el INABIE, para priorizar la alimentación escolar.
¿Usted considera importante el desarrollo de un marco legal y normativo acerca de la alimentación escolar en República Dominicana?
Tenemos que institucionalizar estos programas que muchas veces dependen de la voluntad de quienes son los gestores; y la única manera viable es a través de un marco legal. Tenemos la grandísima ventaja de que en el Congreso de la República Dominicana hemos encontrado en los diputados eco de estas necesidades.
Hay un grupo de legisladores trabajando en un anteproyecto de ley. Queremos que se institucionalice para que no sea voluntad de gobierno, sino que sea una política de Estado y para que nunca más haya en un centro educativo un niño desnutrido.
¿Usted evalúa que capacitaciones para gestores y técnicos son importantes para contribuir en la mejoría de la alimentación escolar? ¿Cree que la participación de los profesionales de RD en las ediciones del curso Vida Saludable contribuye para el desarrollo del tema en el país?
Nunca podemos subestimar las capacitaciones. Debemos mantener capacitaciones continuas para nuestros colaboradores y para la cadena de suplidores de los servicios de alimentación escolar. Es muy importante este trabajo, capacitar para el monitoreo, para la supervisión; en todas las acciones, desde la cocina de un suplidor hasta el comedor de un centro escolar.
La capacitación y la ayuda que pueden ofrecernos la FAO y la Cooperación Brasil-FAO en este aspecto, para nosotros es vital. Estamos planificando talleres de formación para los suplidores, ya que este es un área donde tenemos debilidades. Vamos a trabajar para que estos, cada vez más, tengan mejores condiciones de competitividad y de formación, para que los niños reciban alimentos de la manera más sana posible, con inocuidad y calidad y con los nutrientes que necesitan.
Usted ha hablado de la relación con los suplidores. ¿Como evalúa la vinculación de la alimentación escolar con la agricultura familiar?
A medida que alimentamos nuestros niños de forma nutritiva, también tenemos como propósito impactar a la familia y asimismo, al territorio. Una de las mejores formas de lograr este cometido es contratando suplidores del mismo lugar donde están los centros escolares. Estamos motivando e incentivando a estos suplidores para compren insumos en los huertos familiares y para que las familias se involucren más; esto dinamiza la economía local y hace más efectiva la oferta de productos frescos para la elaboración de los alimentos a los escolares.
Hay alrededor de 600 mil familias que se impactan de manera directa, ahorrando dinero en gastos por este concepto, debido a que los estudiantes almuerzan en las escuelas. Es algo muy bueno que esto sea así; impactar al niño, su familia y también el territorio, consumiendo lo que se produce ahí. Eso sería magnífico. Incluso tenemos proyectos piloto para el desarrollo de huertos escolares que permitan replicar en nuestros territorios para lograr que la mayor parte de los centros escolares puedan suplir algunas de sus necesidades de la cocina en el entorno.
Hay algún tema/experiencia relacionada a la alimentación escolar que República Dominicana está desarrollando y le gustaría compartir con la Red de Alimentación Escolar Sostenible (RAES)?
Tenemos un mecanismo que se llama Sistema Integral para la Vigilancia Alimentaria y Nutricional, el SISVANE. Se trata de mediciones que hacemos periódicamente en los centros escolares para verificar el impacto real que la alimentación está teniendo en los escolares. Con este sistema podemos identificar algunas informaciones en términos nutricionales y a partir de esta, tomar las medidas necesarias; como por ejemplo, modificar el menú, agregando suplementos alimentarios que puedan compensar debilidades nutricionales registradas en un centro escolar.
También el SISVANE nos sirve para someter a los niños a regímenes específicos: Si existe obesidad y sobrepeso, direccionamos hacia una alimentación más sana, ejercicios corporales, entre otras acciones. Es un sistema que nos ayuda en la toma de decisiones más efectivas y eficientes en términos de nutrición, permitiendo verificar en los centros escolares, cuál es el impacto de los alimentos servidos; Además, es de vital importancia monitorear y observar el impacto e incidencia de esta gran inversión que realiza el Estado dominicano en la alimentación escolar.
